Amanecí con las mariposas enredadas en el pelo. Se me fueron escapando de los sueños; revoloteando en mis oídos para perderse después entre la almohada y mi cuello. Y decidí no peinarme hoy. Prefiero seguir escuchando el revoloteo de las mariposas.
Cuentos y poesía por Liliana Kriegs: de los demonios, de los tiempos, del alma incesante.