Quiero que me traigan un café. Que me llenen de paisajes los ojos; que me pinten las uñas de colores de lluvia. Quiero que me traigan un café. Que me traigan serenata y me cuelen la leche; que se les llene de nata los ojos a todos los que hacen de la guerra un pasatiempo. Quiero que me traigan un café, y tomármelo de rodillas mientras miro al cielo; quiero que me toquen las trompetas y que me sequen las lágrimas que derramé anteriormente. Oh sí, quiero que me traigan un café. Para disfrutar del momento en que te vea venir de entre la puerta de la sala de espera de ese aeropuerto que te viera venir.
Cuentos y poesía por Liliana Kriegs: de los demonios, de los tiempos, del alma incesante.