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Mostrando las entradas de junio, 2014

Del demonio de la cueva

Antes hacía menos frío en las cuevas. El demonio se había ido acostumbrando a recogerse junto al fuego con el paso de los años. Tenía mucho tiempo solo y a la vez tan acompañado de sus nostalgias y recuerdos.  El demonio escuchó la voz poco antes del crepúsculo. Parecía lejana pero a la vez resonaba en el eco de las cuevas. Primero comenzó a dudar de su propia cordura. También los demonios empiezan a alucinar compañía cuando se sienten solos.  Los días son los peores.  La voz se fue acercando y el demonio salió al encuentro. La voz pertenecía a un hombre cantando mientras subía la montaña. Con voz rugosa y jadeante, masticaba las palabras en una melodía sin son. El demonio salió a su encuentro. - Buenas noches, amigo. - dijo el demonio - ¿Qué te trae por estos rumbos? - Buenas noches igualmente - dijo el hombre deteniéndose por un momento tratando de ignorar la desnudez soberbia del demonio - Estoy en camino a La Buena Fe. Es un rancho tras las montañas donde voy a ser maestr

Entretanto

Entretanto, el mundo siguió girando. Entre tanto despertar y dormir a medias fueron pasando tantas cosas y apenas si me di cuenta. Entretanto, la vida siguió su rumbo; se bajaron y subieron las persianas. Se cerraron las ventanas y cayeron las hojas de los árboles. Entre tanto ir y venir fuimos creciendo. Entretanto, la canción siguió sonando. Bailamos abrazados, juntos y hablando. Entre tanto abrazo me hice mujer de nuevo y de vuelta. Nos hacemos viejos sin que nos pesen los años. Entretanto, los días fueron pasando. Sentí tus manos calientes; tu mirada hinchada. Entre tanto futuro se nos fueron juntando, todos los sueños por venir; las esperanzas. Entretanto, mi vientre se hinchó y se hinchó mi alma. los deditos suaves frotaron mi cara arrugada. Entre tanto beso y caricia plena, me fui llenando de amor,  del que nunca se termina. Entretanto, me fue gustando vivir. Sin darme cuenta aquí me tienes toda. Llena. Entre tanto hablar de amor yo ya sólo lo siento