Qué grande es la tristeza de decirte adiós, Maestro. Que hasta siempre te acompañen las mariposas amarillas cuando entres a Macondo. Nosotros a quedarnos aquí, solos sin tí, acompañados de tus libros.
Cuentos y poesía por Liliana Kriegs: de los demonios, de los tiempos, del alma incesante.