Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2012

El Diluvio

Es que era la noche del diluvio. La tormenta, la lluvia… es lo que hace idénticas a todas las ciudades del mundo. Llueve, llovía como tantas veces, pero ésta, ésta sí era la noche del diluvio. Mario cerró por eso las ventanas de su casa. Para que no se metiera el fin del mundo, para evitar el desastre. Genoveva no prestaba atención al aguacero. Al fin y al cabo estaba oscuro y no veía mucho a la luz de las velas, derretidas y renegridas. Qué iba a saber ella del Apocalipsis, si ni siquiera había aprendido a leer. Quizá sabía leer la piel de Mario, pero ya ni de eso se acordaba. Hacía años que habían dejado de hablarse siquiera. Solamente compartían la casa, los frijoles de la olla, la miseria y la ciudad…esa ciudad ignorante y desabrida que no amaban. La miraba de reojo, en su ir y venir por la cocina, rumiando una canción, un bolero empolvado por las modas. El ruido del agua sobre las tejas era demasiado fuerte y el paseo eterno de Genoveva lo volvían loco. El café estaba hirviendo.

Las vírgenes

Pasadas la horas, ya no se oían ni murmullos. La fiesta podía darse por terminada. Los borrachos se repartían por el piso sin hacer escándalo alguno y las vírgenes se habían retirado mucho antes a sus respectivos cuartos. Las otras medio vírgenes se habían agasajado con la última cumbia y las que ya de plano ni en la virginidad creían, estaban arrumbadas en las esquinas con los hombres desengañados. Los novios, metidos en un cuartito a tres cuadras del salón, todavía se besaban, se abrazaban, se decían ternuras por aquí y por allá. El suegro de él no conseguía dormir pensando en su angelito, haciendo quién sabe qué cosas con el marido (como si él nunca hubiera cogido alguna vez) y la suegra de ella no conciliaba el sueño, pensando en que a partir de ese día su querubín ya no tendría qué comer. Entre tanto enfermo de insomnio, el silencio parecía hasta extraño. El temblor había dejado a todos exhaustos. No había pasado a mayores, fue un temblorcito, pero nadie había dejado de hablar d

De los fantasmas

Los fantasmas no recuerdan, ni dejan vestigios de su existencia. Andan nada más. Aparecen de vez en cuando y te ocupan. Te hacen reír o llorar y al fin de cuentas no te acuerdas de para qué los conjuraste. Los fantasmas están arrumbados en alguna esquina y son desempolvados en ciertas épocas del año. No tienen ni lugar ni espacio propio, solamente viven en los suspiros de aquellos que aún los recuerdan con vida. Y siguen siendo cuando no lo son más. Y se esfuerzan por darse a notar, aunque sólo lo consigan a destiempo. Qué dieran los fantasmas por transformarse en materia y llenarse de pétalos y alas de luciérnagas y abrazar a todo lo que extrañan del mundo que dejaron. Los fantasmas ríen y lloran en sus propias esquinas. Cuentan sus cuentos a otros que los escuchan... y esperan... a que los invoquen; a que los inviten... a que los extrañen...

De todos los lugares del mundo

De todos los lugares del mundo, el que más me gusta es el espacio  que se forma entre tus brazos. La fuente de calor; el refugio de mis noches desconsoladas. Cuando tengo el alma cargada de tristeza, o me explotan los sentidos al roce con tu piel... En algunas noches sentidas, de lunas abrumadas, de noches calurosas, me pierdo en el espacio que forman tus labios al decir te quiero. De toda la música del mundo, la que más me gusta es la que haces con tus suspiros; cuando nos hablamos con las palabras nuestras, y nos perdemos en los sueños que nos construimos. De todas las dimensiones del universo, es el aquí contigo la que prefiero.

Acordándome de "Zapatitos" y Pedro Infante

Se escuchan los coches; desde la ventana del sótano miras los zapatos pasar. Tan solo se ven los reflejos del sol en las nylons; las curvas de las piernas, el encaje del fondo.  Lo demás... No se detienen. Los tacones, las extremidades, los pasos, en las mañanas, durante la noche. Se ruborizan cuando les hablas, se pintan de carmesí los labios; pero no ves más allá de las faldas largas. A veces se detienen y se arreglan las medias, las miras cuando deslizan las manos entre los faldones, apretando los sujetadores; una ventanita al interior de sus muslos. Agachan el cuerpo pretenden que no te notan, te muestran tan solo los esboces de los senos fijos,  y el cuello blanco. Te gusta mirarlas pasar; te gusta besarles las piernas por las noches, cuando sueñas. Y les cantas! cómo les cantas...

La espera

Cuenta el aleteo de las mariposas cuando necesites saber la hora exacta de la llegada; escucha con cuidado los rumores que traen los bosques, antes de que llegue el frío. Cuando estemos tranquilos, solos, tal vez te cuente acerca de lo que es estar tan lejos y tan cerca y tan en todas partes... Siéntate a escuchar cada una de las corrientes del río y no desesperes porque se me hace tarde. Escucho todos sus suspiros; sus palabras y encantamientos; soy fantasía, anhelo, realidad y ensueño. Cuenta el aleteo de los colibríes; define el color de las libélulas! Háblame quedito, como lo haces cuando nadie te escucha. Háblame del bosque y de las montañas, no sientas el piso bajo tus piés; ni el peso de las penas en los hombros. Recítame tus poemas, cántame canciones con voz de búho y así reírme de tí. Cuéntame de Dios, del mundo del calor que me prometes. No tengo miedo,  ni tengo prisa... Cuenta el gusto que sientes y no los minutos... No cuentes los minutos.
La nueva portada de mi novela "La Soledad de la Tierra", artwork exclusivo de Violeta Q.

Nachtstück für einen Vollmond

Dein Haar ist zerzaust, wie nach einem Sturm. Es ist klar, dass die Welt zuguckt... Wir sind angekommen!...endlich eingetroffen nach dem Sternenregen. Dein Gesicht ist weiß, so ist das meine. Deine Haut ist durchsichtig, und so sehe ich es: Das Mondlicht fließt auch schon in Deinen Venen und Arterien; ein Gegenlicht bildet lediglich das Feuer in Deinen Augen. Es ist die Nacht und der Vollmond. Ein Liebesspiel, das niemals endet und dennoch vergessen wird. Erotischer Tanz, subtile Pose. Es ist klar, dass die Welt zuschaut...

El peso de la democracia hay que cargarlo parejo

Estamos comprometidos no sólo con nosotros mismos, sino con la historia, con los nuestros, con el futuro. Se han luchado años a favor de la democracia. Hemos peleado y pedido libertad de expresión y pensamiento... Cuando se trata de tomar decisiones, tenemos que levantar la voz. Opinar no es levantar la voz; entregar nuestro voto sí lo es .  La verdadera dictadura de la que hemos de liberarnos es aquella de la apatía; la de la ignorancia y la desesperanza. No importa lo que digan los medios de comunicación, lo que cuente el vecino, el patrón, los padres o los amigos. Lo que importa es que tomemos decisiones en cuanto a los compromisos a los que queremos llegar  levantando la voz.  No olvidemos que nuestro país sigue siendo una república; que la democracia se vive, no se habla. Tomemos la responsabilidad de entregarles a nuestros hijos un país mejor. Pongamos el ejemplo no quedándonos callados y opinando donde nadie nos escuche. Si no entendemos las propuestas de los partidos y ca
La maravillosa nueva portada de mi novela "La Comandanta", artwork exclusivo de Violeta Q.

En memoria de Carlos Fuentes

México Mágico… fuiste, eres, lo seguirás siendo siempre. Devoré tus palabras, tus fantasías y tus cuentos. Respiré tu aire transparente y busqué a Aura en mis sueños adolescentes. Cuántas veces me sentí vírgen de juguete; monstruo escondido; magia de identidad rebuscada, ganada y perdida y llena de todos los lugares del mundo. Enfurecí ... aprendí, desperté mi duende sediento de justicia. Tan rudo el despertar por caciques poco civilizados  y venenos políticos a través de los años. Tantas sillas que ni fueron de águilas sino de zopilotes tragándose la carne podrida de todos los que fueron reclamando justicia. Piedras de sacrificio, transparentes como cristales en los techos de los rascacielos... y nosotros los testigos horrorizados de los vestigios de Artemio Cruz. El tiempo regresa... me enseñaste... en ciclos melancólicos, pero seguros, llenos de definiciones para el nuevo Milenio. ¿Dónde quedan las verdades de los mundos que nos prometen los peleles que se compran su pedazo de

Ánima

Cuando se vaya a dormir, fíjate en las cenizas que caen al piso desde el incendio. Si la sigues despacito y te sientas al borde de la cama, tal vez puedas ver algo de lo que suena cuando no la observas. Llora por las noches, a veces. ¿Te has dado cuenta de que no tiene ganas de reír cuando llueve? Si miras detenidamente sus manos, te vas a dar cuenta de que están quemadas... dentro de la mirada todavía se ven sombras del fuego que ya no existe. ¿Ves los demonios que la cobijan? Los encontrarás abajo de su cama, mientras no los busca. Los ignora la mayor parte del tiempo... pero la mayoría de las veces, le gana la curiosidad de las cosas que dicen. No sabes de lo que hablan; no les entiendes. Pero te gustaría. Hay otras cosas que los demonios no ven... como la memoria carcomida de lo que significa el amor en los tiempos actuales. En los pasajes del metro, en el que se intercambian tantas miradas, tantos besos y ella en la mitad de toda la pasión y la entrega. Escucha sus gemidos. Cu

Somos el mundo

Estamos tratando de callar lo que queda del silencio. Nos hacemos fuertes, creyendo en las sombras y las luces del pasado que nos acompañan. Estamos esperando, por el quinto sol y el calendario maya a que nos dicten la sentencia. Somos mundo y queremos seguir siendo mientras nos destruimos. Somos humanos y estamos solos. Tan solo nos queda el amor.

Toda mi sangre

Tengo que tenerte. Morderte y luego quedito masticarte, sin salpicar. Hay que mostrar buenos modales, hasta cuando se trata del cuerpo. Quiero llenarme de tí y no interrumpir tu sueño; sentir tu mano en el metro, el susurro de mi respiración nerviosa en las esquinas de algún bar antes de que cierre. Toda tu sangre la quiero; para hacerme un vestido y celebrar nuestra mutua entrega. Quiero sentir tus dientes, caminar entre los canales e inventar las pieles que nos pondremos mañana. Toda la sangre que me queda, te la voy a servir en copas de plata. Para que acompañes mi carne en una cena de ésas... en las que solamente tú y yo entendemos el sabor de los dos.

Blow by blow - women's day special edition

Yawning helps to open your ears, they say... also chewing a gum or just closing your nose with your fingers and blowing into your closed mouth. But how to unclog your ears when they are clogged with blood? She was still too stunned from the sudden hit to just be able to think. The heat in her cheek was intense and her jaw made a crunchy sound even when she tried to avoid it, just by murmuring senseless words. Gustavo watched her from the corner. You could say he was fascinated, ecstatic, feeling his own power. Mireya grabbed the stove to help herself stand up slowly. Why were her legs shaking so much? She still couldn’t find an answer in her head for the question at hand: what did she do this time to provoke the blow? But it was the moment she lifted her arm to move the stripe of hair from her face, when she noticed...her blouse had opened from the fall and her white and soft breast was looking out, naked on the plain cloth, shamelessly reflecting the light of the kitchen. Gustavo’s

Quiero que me traigan café

Quiero que me traigan un café. Que me llenen de paisajes los ojos; que me pinten las uñas de colores de lluvia. Quiero que me traigan un café. Que me traigan serenata y me cuelen la leche; que se les llene de nata los ojos a todos los que hacen de la guerra un pasatiempo. Quiero que me traigan un café, y tomármelo de rodillas mientras miro al cielo; quiero que me toquen las trompetas y que me sequen las lágrimas que derramé anteriormente. Oh sí, quiero que me traigan un café. Para disfrutar del momento en que te vea venir de entre la puerta de la sala de espera de ese aeropuerto que te viera venir.

Luciérnagas y objetos voladores no identificados

¡Allá van! ¡Míralos! Te lo he venido diciendo desde hace días; que las nubes son solamente las pieles translúcidas por las que se divisan las luciérnagas. ¿O serán tal vez tus ojos que se abren y se cierran? ¿Tal vez las esperanzas que me enseñaron las mañanas despertando a tu lado? Allá brillan. Con el candor de lo desconocido e indescifrable. Las luciérnagas que serán los foquitos de las vidas que encenderemos algún día. No distingo la semejanza con todos los recuerdos que me provocan. Brillan. Vuelan. Incesantes, encantados. Si, ayúdame atraparlos y guardarlos en mi vientre; para que lo hagan brillar como lo hacen las luciérnagas en los frascos con los que juegan los niños.

Begegnung

"Ich habe keine Ahnung wann sie gegangen ist... ich weiß nur, dass sie nie wieder zurückkommen wird. Sie hat sogar ihren Geruch mitgenommen, als sie mir die Decke über gezogen hat, als würde meine Seele ihr hinterher laufen wollen... Sie hielt mich für ein Paar Stunden gefangen, bevor sie mich anstarrte. Davor war alles eine Welt des Schweigens. Sie hat mich blind gemacht, bevor ich überhaupt etwas sehen konnte. Es war aber die Textur ihres Haares, die weiche und feuchte Haut, welche sie verrieten. Ich kann noch nicht aufstehen. Die Orientierung habe ich bereits vor ein Paar Stunden verloren, als ich mich nicht mehr von ihren Lippen trennen konnte. Der Raum und die Zeit haben sich in ihren Händen verfangen und ich wusste schon nicht mehr wer ich bin. Der Raum ist leer. Ich bin hier. Vielleicht immer noch? Ich kann sie nicht mehr spüren, seit Stunden schon nicht. Und langsam überkommt mich diese Sehnsucht, diese traurige Gewissheit, dass sie nie wieder hier sein wird. Sie wird

Anonymität

Es ist spät und sie hat keine Kraft mehr. Die Schicht ist noch lange nicht zu Ende und die Rückenschmerzen melden sich wieder in Abständen von Minuten. Sie hat keine Uhr mehr. Sie legte sie schon vor ein paar Monaten ab, als sie merkte, dass mit ihr die Zeit noch langsamer vergeht. Das, was sie am traurigsten machte waren vor allem die Straßenlichter, welche durch die verrauchten Räume durchstrahlten. Die Laternen waren schwach und dennoch schaffte sie es die Nacht in Lichterketten zu verwandeln; in Alleen von Stadtgespenster. Ein Kunde rief nach ihr. "Hey, Fräulein" - das Namensschild hatte sie auch schon lange nicht mehr getragen. Den Chef schien dies auch nicht weiter zu interessieren. Sie fand in der Anonymität den perfekten Zufluchtsort. Sie hatte ihre Seele einfach in der Schublade gelassen und diese namenlose Haut angezogen, die sie jeden Tag zur Arbeit brachte. Sie hatte keinen Tropfen Alkohol getrunken seit drei Monaten, zwei Tagen und genau fünf Stunden. Und di

Golpe a golpe

Bostezar ayuda a destapar los oídos... también mascar chicle o taparse la nariz y soplar con la boca cerrada. Pero, ¿cómo destapar oídos que tienen coágulos de sangre? Todavía estaba demasiado aturdida por el golpe como para pensar. Sentía el calor tremendo en la mejilla y la quijada le crujía sin querer cuando trataba de murmurar algo sin sentido. Gustavo la miraba aún desde la esquina. Fascinado, se podría decir. Embelesado tal vez en su propio poder. Mireya se sostuvo de la estufa y se fue levantando despacito. ¿Por qué le temblaban tanto las piernas? Aún no encontraba la respuesta en su cabeza de lo que había podido haber hecho para provocar el golpe. Y fue cuando levantó la mano para retirar el mechón sanguinoliento de pelo de la cara, cuando se dio cuenta de que al caer, se le había abierto la blusa y que su seno blanco y suave, le colgaba por encima de la tela, impúdicamente mostrando su resplandor en la luz de la cocina. Gustavo la miraba con otros ojos ahora. "Así me gus

De los ángeles de mentiras

- Dime la verdad! - Pero mamá, ya te dije, la encontré en la playa. Tenía las alas rotas y la traje para acá. - Esas alas no son de verdad, tarugo! Mírale las uñas, y toda la trompa pintada de sabe-qué... Ni modo, ya qué. Ahí viene la tormenta y ya no tiene caso regresarla a rastras al pueblo. Tírala allá en la esquina para que se le pase la borrachera mientras tragamos... - Mamá... yo no creo que esté borracha, mírale las alas, y la sonrisa dulce que tiene. Yo creo que es un ángel! - No seas bobo, mijo. Los ángeles no existen! - Pero el Padre Monsito dijo que... - Sí, sí. Ya sé lo que dijo, pero los ángeles ni tienen semejantes tetas ni se pintan la boca de colores. Ah no, y menos éso! Oyes? Los ángeles no roncan, mijo. - Pero es tan bonita mamá... y las alas... - Mira chamaco... yo sé que te gustan los cuentos, pero este de verdad que no es un ángel y si me dijeras la verdad, que la encontraste en el pueblo, a lo mejor te explicaría algunas cosas que más vale que vayas aprendiendo.