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Certeza

Amar como te amé es irrepetible;
saberlo es la penitencia a pagar
por la eternidad que te prometi.

El amanecer contigo fue renacer;
dejarte partir fue la promesa a callar
y seguir la vida sin ti.

Fénix nacida de las cenizas de nuestro fuego;
ser abrasada por tu ser de sol y espuma de mar
la grandeza de todo lo que siempre quise ser.

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Del demonio que olvidó su nombre

Fui exorcizado en un Domingo de Pascua. Me acuerdo de éso como si hubiera sido ayer, aunque ya hayan pasado tantos años. Las cosas que vi aquella tarde no serán para olvidarse pronto.  Había llegado al último cuerpo una tarde de Enero en las que ni siquiera había nieve. Los hombres estúpidos de la peregrinación me dejaron salir sin siquiera saberlo. Me les fui metiendo poco a poco en  una reliquia que llevaban cargando y ahí me quedé hasta que terminó su viaje. Fue la primera vez que dormí en años. Nadie se imagina lo que es andar errante, seco, solo. Lo que es no poder descansar porque de todos lados te corren y no te quieren dejar estar en ninguna parte. Nadie sabe lo que es vivir sin vivir y estar sin estar. Porque nadie te ve, a menos que los dejes. Pero en la reliquia me quedé dormido como será que duermen los inocentes. Sin sueños ni remordimientos. Tan solo lo negro bajo los párpados y las ganas de seguir durmiendo apenas despertando. Me quedé ahí hasta que llegó Valen

Soñando sin dormir

Hoy quiero que me abraces fuerte.  Que el mundo se desbarate y sucumba.  Los días se van haciendo cortos,  solamente porque los dejamos.  Lléname de cometas el alma, que para éso la dejé libre.  Lléname de fuego el cuerpo y así quemarnos apapachados y viejos. Lléname de amor, de escalofrío, de tu voz enamorada y tibia. Bébete mi sangre hasta secarme y así plantarme en tierra nueva. Róbame el aliento y desiste de revivirme. Mejor vísteme de viento; lánzame a volar sobre los bosques donde seguiré siendo.

Brief des Besiegten und Vergessenen an eine Malinche wie so viele andere

Sehr geehrte Malinche, ich brauche das Zittern deiner halbgeöffneten Lippen nicht mehr zu suchen. Ich brauche dich nicht mehr im Schlaf anzuschauen oder in meinen Tagträumen an deine heimlichen Küsse denken.  Ich brauche dir nicht mehr in die Augen zu schauen, um mich zu finden. Das ist jetzt vorbei. Das ist jetzt alles verloren: das Bild von dir wie du erzitterst; es scheinen nur noch Schatten zu sein nach so vielen Jahren. Alle widersprüchlichen Universen, die ausgedachten und geschaffenen Dimensionen, die dazu dienten dich zu beherbergen, haben sich geschlossen, so wie die Schwarzen Löcher, in denen alles verschwindet, sich schließen.  Deine Sterne und dein Licht verschwanden, während du dich gefangen in der Erinnerung und als Teil der verborgenen Wirklichkeit wiederfandest. Du bist eines Tages von mir fortgegangen, in ein fernes Land, aus dem du offensichtlich nicht zurückgekehrt bist. Ich sitze dir noch immer gegenüber, aber ich weiß, dass es dich nicht mehr gibt, dass du