Ir al contenido principal

En memoria de Carlos Fuentes


México Mágico… fuiste, eres, lo seguirás siendo siempre. Devoré tus palabras, tus fantasías y tus cuentos. Respiré tu aire transparente y busqué a Aura en mis sueños adolescentes.

Cuántas veces me sentí vírgen de juguete; monstruo escondido; magia de identidad rebuscada, ganada y perdida y llena de todos los lugares del mundo.

Enfurecí ... aprendí, desperté mi duende sediento de justicia. Tan rudo el despertar por caciques poco civilizados  y venenos políticos a través de los años. Tantas sillas que ni fueron de águilas sino de zopilotes tragándose la carne podrida de todos los que fueron reclamando justicia. Piedras de sacrificio, transparentes como cristales en los techos de los rascacielos... y nosotros los testigos horrorizados de los vestigios de Artemio Cruz. El tiempo regresa... me enseñaste... en ciclos melancólicos, pero seguros, llenos de definiciones para el nuevo Milenio. ¿Dónde quedan las verdades de los mundos que nos prometen los peleles que se compran su pedazo de México? Nos lleva la Chingada, Ixca... y ni tú estarás para defendernos.

¿Quién, Maestro, le va a enseñar a las próximas generaciones la magia de los poetas desterrados que andan siempre a la búsqueda de su identidad? Tus palabras se quedarán en el aire que inventaste; en la admiración por tu obra y el recuerdo de cada mano que estrechaste con confianza, alentando a la juventud.

Te nos fuiste, Maestro Fuentes... Ahora eres parte de la región más transparente del aire...Gracias por todo lo que nos dejaste, lo que nos dijiste, lo que me inspiraste... Tú, yo, ellos... y los demás...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Del demonio que olvidó su nombre

Fui exorcizado en un Domingo de Pascua. Me acuerdo de éso como si hubiera sido ayer, aunque ya hayan pasado tantos años. Las cosas que vi aquella tarde no serán para olvidarse pronto.  Había llegado al último cuerpo una tarde de Enero en las que ni siquiera había nieve. Los hombres estúpidos de la peregrinación me dejaron salir sin siquiera saberlo. Me les fui metiendo poco a poco en  una reliquia que llevaban cargando y ahí me quedé hasta que terminó su viaje. Fue la primera vez que dormí en años. Nadie se imagina lo que es andar errante, seco, solo. Lo que es no poder descansar porque de todos lados te corren y no te quieren dejar estar en ninguna parte. Nadie sabe lo que es vivir sin vivir y estar sin estar. Porque nadie te ve, a menos que los dejes. Pero en la reliquia me quedé dormido como será que duermen los inocentes. Sin sueños ni remordimientos. Tan solo lo negro bajo los párpados y las ganas de seguir durmiendo apenas despertando. Me quedé ahí hasta que ll...

En otra vida

Hablarte de mi juventud es como hablarte de otra vida. Aquélla en la que no estuviste; aquélla en la que no existías. El eco de nuestra existencia, la monotonia del paso de los días. Aquellos días llenos de milagros, de despertares y algarabías. Aquellos días de insensato ensueño, de alegrías y tristezas moralejas suaves y juergas. De cafés reciclados y poesia de promesa. Ojalá me hubieras visto, ojalá me hubieras conocido. Te habrí a cautivado con toda la sutileza de mi identidad incierta.

Certeza

Amar como te amé es irrepetible; saberlo es la penitencia a pagar por la eternidad que te prometi. El amanecer contigo fue renacer; dejarte partir fue la promesa a callar y seguir la vida sin ti. Fénix nacida de las cenizas de nuestro fuego; ser abrasada por tu ser de sol y espuma de mar la grandeza de todo lo que siempre quise ser.