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El peso de la democracia hay que cargarlo parejo

Estamos comprometidos no sólo con nosotros mismos, sino con la historia, con los nuestros, con el futuro. Se han luchado años a favor de la democracia. Hemos peleado y pedido libertad de expresión y pensamiento... Cuando se trata de tomar decisiones, tenemos que levantar la voz. Opinar no es levantar la voz; entregar nuestro voto sí lo es

La verdadera dictadura de la que hemos de liberarnos es aquella de la apatía; la de la ignorancia y la desesperanza. No importa lo que digan los medios de comunicación, lo que cuente el vecino, el patrón, los padres o los amigos. Lo que importa es que tomemos decisiones en cuanto a los compromisos a los que queremos llegar  levantando la voz. 

No olvidemos que nuestro país sigue siendo una república; que la democracia se vive, no se habla. Tomemos la responsabilidad de entregarles a nuestros hijos un país mejor. Pongamos el ejemplo no quedándonos callados y opinando donde nadie nos escuche.

Si no entendemos las propuestas de los partidos y candidatos, preguntemos!
Si no creemos en las palabras que nos dicen, propongamos soluciones! 
Si tenemos opiniones contrarias, discutamos con cordura!
Si perdemos la esperanza de un cambio, actuemos para recuperarla!

Estamos comprometidos con nuestro pasado, de no cometer los mismos errores. Estamos comprometidos con nuestro presente, de combatir la desigualdad, la pobreza y la ignorancia. Estamos comprometidos con nuestro futuro, de darle a nuestros hijos un país mejor.

Levantemos la voz y opinemos con responsabilidad y compromiso: Votemos!

No votar no le sirve de nada a nadie; no votar es solo es un acelerador para que nos lleve la tan mentada Chingada!

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